Los sistemas geotérmicos para viviendas aprovechan la temperatura subterránea estable de la Tierra para proporcionar calefacción, refrigeración y agua caliente de una eficacia extraordinaria.

Estos sistemas funcionan haciendo circular un fluido por un circuito de tuberías enterrado, intercambiando calor con el suelo. En invierno, el fluido absorbe el calor de la tierra y lo lleva al interior; en verano, extrae el calor de tu casa y lo transfiere al suelo, más frío.

Este proceso hace que sean increíblemente eficientes desde el punto de vista energético, reduciendo a menudo las facturas de servicios públicos en un 25-50% en comparación con los sistemas tradicionales de calefacción, ventilación y aire acondicionado.

Aunque el coste inicial de instalación puede ser más elevado, la larga vida útil (más de 50 años para el bucle de tierra, 20-25 años para la unidad interior) y los mínimos costes de funcionamiento se traducen en un ahorro sustancial a largo plazo.

Además, los sistemas geotérmicos son respetuosos con el medio ambiente, ya que no producen emisiones y ofrecen un funcionamiento silencioso porque la mayoría de los componentes están bajo tierra.

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